x
post 1488x702

Crónica 86,

Canadá hacia Alaska - Alaska or bust !!

Ruta : Ruta de los Imperios | País : Canadá

"Capitana" por un día. Hemos llegado a los Ángeles con un tiempo envidiable pero agotados, las últimas dos etapas han supuesto 1.100 y 1.600 kilómetros por jornada, nunca antes habíamos cubierto 1.600 km. en un día. Un día de descanso antes de meternos de lleno, una vez más, en el trabajo acumulado. Desde que salimos de Guatemala no hemos podido poner al día ni correo, ni fotos ni documentación. Ese día cambiamos el volante del Montero por el timón de un velero. Mi tío Hervé nos lleva a bordo del velero de su amigo Jeff para conocer la costa californiana desde "el otro lado". La Ruta alrededor del mundo nos permite conocer a muchas personas nuevas pero también realizar visitas a personas que viven muy lejos de nuestro hogar sedentario en España. Mi tío es uno de los casos más sangrantes porque mi familia es minúscula y no nos veíamos desde hace ... ¡14 años! Más grave todavía, es el único miembro de la familia que todavía no conocía a Marián a pesar de llevar 16 años juntos. Con este alto en Los Ángeles las aguas vuelven a su cauce.

Y también es momento de compras. Preocupados por la climatología del norte, teníamos decidido desde hace meses renovar nuestro equipo de invierno y parte del material de acampada que ya estaba en las últimas. ¿Qué mejor lugar que los Estados Unidos, con precios muy asequibles y una variedad infinita? Y más todavía cuándo íbamos de la mano de Hervé, conocedor de todos los lugares. La compra más vital ... nuevos sacos de dormir cuya etiqueta indica que pueden aguantar hasta 15º bajo cero. ¡Lo comprobaremos seguramente! Cada vez que vemos el parte meteorológico de Alaska ... esto tiene peor pinta.

Tras la parada en Los Ángeles, el tránsito por Estados Unidos fue rápido y fugaz. Nuestro objetivo prioritario es Canadá y Alaska porque el frío y las nieves avanzan imparables y no debemos tentar a la suerte. Dos mil doscientos kilómetros en dos días y ya estamos en un nuevo país: Canadá. Vancouver fue nuestra puerta de entrada. Pero el primer español que arribó a estas tierras lo hizo hace más de 200 años, el explorador José María Narváez en 1.791. Un año después el explorador británico George Vancouver la visitó. La ciudad de Vancouver nació como un asentamiento de colonos europeos bautizado como Gastown en 1.865 pero cuando se incorporó al territorio canadiense fue rebautizada con su nombre actual en honor al capitán y explorador George Vancouver.

Después de Toronto y Montreal, Vancouver es la tercera ciudad más importante de Canadá. Debido a su situación en la costa oeste tiene importantes interrelaciones con Asia. De ahí que exista una densa y numerosa comunidad asiática como chinos y vietnamitas, entre otros, además de un activo y exótico Barrio Chino. Es además una hermosa ciudad con su tranquilidad, calles repletas de terrazas, jardines, playas, puerto, ...

Pero estos rostros pálidos no fueron los primeros en llegar. Durante las oleadas migratorias que se produjeron durante las últimas glaciaciones del pleistoceno pueblos mongoles procedentes de Asia entraron en Norteamérica a través del estrecho de Bering dispersándose por todo el continente. En el año 1.600, lo que hoy es Canadá, se encontraba habitado por más de 250.000 aborígenes. Precisamente los indígenas que poblaron y siguen poblando estas tierras (aunque realmente diezmados) constatan su presencia con los simbólicos tótem de carácter funerario. Éstos altos postes de madera se erigían cuando fallecía un miembro de alto rango de la comunidad para rendir homenaje a su vida. Trazan la historia de familias y clanes a modo de árbol familiar o blasón, soliendo tener forma de animal o espíritu. Entre las tribus tlingit, athabasca y haida, que son las que habitan en las zonas sureste y centro meridional del país, es normal el uso de estos tótems que representan las raíces más profundas de Canadá.

Nos alejamos de la gran ciudad para irnos aproximando a la impresionante cordillera de las Rocky Mountains. Rodeados de montañas, lagos y bosques nos encontramos el camino salpicado de pequeños y tranquilos pueblos. Se asentaron durante el siglo XIX y como en Nelson -donde ahora nos encontramos- el agua mineral, los bosques y la fertilidad de la tierra fueron los componentes primordiales para que floreciesen estas poblaciones. No nos extraña que la vida por estas apacibles poblaciones discurra sin prisas y sin angustias y la gente se deje llevar por la magnífica naturaleza que les envuelve. El suroeste de Canadá hechiza con su naturaleza y satisface a los amantes de la vida cosmopolita refinada con Vancouver y a los amantes del romanticismo con todos los pueblos de la carretera que discurre paralela a la frontera con Estados Unidos. ¿La razón de esos hermosos pueblos refinados? ... ¡La fiebre del oro!

La provincia de Columbia Británica es como un inmenso bosque por los que nos vamos deslizando. Prácticamente más de la mitad de su territorio está cubiertos por árboles y Canadá en sí contiene en su territorio más aguas interiores y lagos que ningún otro país en el mundo.

La Naturaleza ha querido expresar su máxima belleza a lo largo de las Rocosas Canadienses (Rocky Mountains) entre la provincia de Alberta y Columbia Británica. Esta cascada de parques nacionales (Yoho, Kootenay, Banff y Jasper) contiene los más impresionantes escenarios naturales de este enorme país (el segundo más grande detrás de Rusia). El lago Louise (o Lago de los Pequeños Peces como lo conocen los indios Stoney, en la foto), en el Parque Nacional de Banff, es alimentado por el glaciar Victoria (al fondo), de ahí su extraordinario color turquesa. Este parque es el más antiguo de Canadá. El gobierno canadiense, para evitar la adquisición y explotación comercial de una fuentes termales descubiertas en 1.883 declaró la zona en aquel tiempo área pública reservada. Por entonces como ahora vivían entre sus bosques osos pardos y negros así como alces y cabras de las nieves entre los animales de mayor envergadura.

Las Rocky Mountains han sido un plato fuerte en nuestro recorrido canadiense y no encontraremos nada igual en el resto de la ruta por este Edén de naturaleza llamado Canadá. Vamos dejando tras nosotros las atalayas de las Rocosas como el colosal Monte Fitzwilliams. Para los canadienses, las montañas son uno de sus legados más preciados. El año 2.002 ha sido declarado el año Internacional de las Montañas y encontrándonos en un país donde ellas son una de sus más distinguidas protagonistas nos sentimos afortunados de movernos por sus dominios.

Cuándo fotografiábamos el cartel "peligro monos" en Centroamérica (crónica 84) reflexionábamos sobre las particularidades de la señalización viaria que en cada zona del mundo hemos fotografiado y nos preguntábamos "¿Cuáles nos aparecerán en Norteamérica para redondear la colección?" ¡Pues aquí tenemos la respuesta ... ¡¡Peligro osos!! Un cartel nada alentador cuando se acampa todas las noches a la intemperie. Y no era broma, ¡aquí está nuestro amigo!

Un oso no siente especial animadversión por el ser humano pero tampoco hay que darle confianza cuándo se divisa uno porque un oso hambriento o con cachorros es un peligro mortal si no se respetan las normas que figuran en infinidad de carteles de la zona. Hay pocas muertes pero se contabilizan anualmente decenas los heridos por estos voraces plantígrados. Para poder sobrellevar el duro invierno se pasan todo el verano y otoño engordando, comiendo compulsivamente todo lo que cae entre sus garras. Luego entran en estado de hibernación de 3 a 5 meses (aunque en el norte de Alaska pueden hibernar hasta 7 meses) periodo durante el cual no comen y se dedican a dormir en la osera que han elegido para pasar estas largas "vacaciones" forzosas.

Hotel ALASKA, Café ALASKA, Restaurante ALASKA, ... pero ... ¡no estamos en Alaska todavía! ¿Qué está pasando? Seguimos en Canadá pero ... en un lugar muy especial de Canadá, hemos llegado a Dawson Greek, la ciudad canadiense más ligada a Alaska. Es el kilómetro cero ("Mile 0" como dicen los sajones) de la "Carretera a Alaska", la Alaska Highway (que nada tenía ni tiene de "highway", sino todo lo contrario). Todo un mito en Norteamérica.

La segunda guerra mundial y la cercanía del agresivo Japón imperial a Alaska generó la decisiva necesidad de crear una estratégica conexión por tierra con Alaska ... "por lo que pudiese pasar". El nexo terrestre se iniciaría en la hermana Canadá, en Dawson Creek. Para la construcción de la carretera se produjo un movimiento humano colosal. Miles de mujeres y hombres vinieron a esta apartada zona del mundo para trabajar en el proyecto. Un pueblo como Dawson Creek que antes de la construcción tan solo tenía 600 habitantes llegó a contar con 10.000 personas. Otros pueblos de la zona también triplicaron su población. Tramperos y guías nativos de Alaska servían para localizar el lugar idóneo para que los bulldozers de la armada avanzaran en sus labores. Nuevas vidas y nuevas comunidades nacían en el camino.

ALASKA OR BUST! ¡¡ALASKA O REVIENTA!! Un dicho que se popularizó cuando comenzaron las complicadas labores de construcción de la legendaria carretera "Alaska Highway". En Dawson Creek se inició a contrarreloj el trabajo a comienzos del año 1.942, una obra conjunta de los ingenieros militares canadienses y estadounidenses. Más de 11.000 soldados trabajaron en el proyecto, además de 16.000 civiles. Juntos construyeron caminos y puentes permanentes en tan sólo 8 meses. A través de un territorio indómito construían 13 kilómetros (8 millas) por día. Su construcción representa una de las grandes obras de ingeniera del siglo XX. Varios murales reflejan la vida en aquella época, uno de ellos representa a un conductor que se despide de Dawson Creek a bordo de un mítico Willis 4x4 con el popular grito de coraje de la ruta enganchado en su parrilla: ALASKA OR BUST!! Todavía nos quedan 3.000 km. para nuestra fría meta pero ya hemos llegado tan lejos que estamos dispuestos a todo con tal de llegar a Alaska. Se ponga como se ponga la climatología. No hemos realizado 137.000 kilómetros a través de los 5 continentes para que ahora nos pare el frío ... tan cerca de la última meta. ¡Antes reventamos! Colgamos también "ALASKA OR BUST!" en nuestra parrilla y nos despedimos de Dawson Creek con esta imagen. ¡¡¡Alaska, vamos a por ti!!!

Ya está, hemos partido. Dejamos tras nosotros el hito "Mile 0" ("kilómetro cero") repleto de banderas ondeando por el gélido viento que azota sin piedad.

El puente de Kiskatinaw es el único puente original de madera de la Alaska Highway que aun permanece en pie y en uso después de 60 años (los demás han sido sustituidos por modernos puentes resistentes). De estructura curva es uno de los primeros de este tipo en Canadá. Construyeron 133 de puentes de madera que con el tiempo (y menos prisas porque la guerra había terminado) fueron reemplazados por otros más seguros ... excepto éste que todavía sigue en activo.

La población de Haines Junction representa la Milla 1.016 en la provincia del Yukón canadiense. Los soldados y trabajadores de la ruta sufrieron un auténtico calvario. Tuvieron que cruzar ocho cadenas montañosas con muchas penalidades, hipotermias debido a la nieve y a las bajas temperaturas. Y accidentes, muchos accidentes a lo largo de esos 8 meses. Todo ello formaba parte de su vida cotidiana teniendo en cuenta que debían trabajar los siete días de la semana sin descanso para avanzar cada día 13 kilómetros de construcción y acabarla lo antes posible. La iglesia católica de "Our Lady of the Way" (Ntra. Sra. del Camino) es una original construcción. Se trata de un barracón militar de chapa ... recortado por aquí y por allá, se levanta un frontal, se ponen unas chimeneas para las estufas, un porche, unos lucernarios, una campana, ... et voilà! Una iglesia en el camino para los fieles.

Canadá sigue ofreciendo una naturaleza espectacular y algunos pueblos nos meten de lleno en la arquitectura de los grandes bosques. Tierras poco fértiles por el frío, el Yukón encuentra su camino con la madera y con el turismo de actividades al aire libre ... durante los 3 meses que no hay riesgo de congelación. En nuestro camino todos los centros y parques nacionales ya han cerrado, los moteles tienen grandes letreros que exponen la leyenda "cerrado hasta mayo". Muchas gasolineras están clausuradas "hasta la siguiente temporada", muchas pistas tienen cadenas "cerrado por la peligrosidad del invierno". Lo más deprimente ... ver como todas las casas rodantes y vehículos tirando de caravanas bajan a toda velocidad hacia el sur mientras el morro de nuestro Mitsubishi Montero y nuestra vista no paran de apuntar al norte. ¡Llego tarde! ¡Llego tarde! ... como diría el conejito de Alicia en el País de las Maravillas. Realmente llegamos climatológicamente tarde.

Y lo que nos temíamos ... ocurrió. Sabíamos que no era más que una cuestión de tiempo. Y ese "tiempo" ha llegado. Comienzan las nieves, las ventiscas, el hielo, las acampadas a -10ºC. Ya no podemos ni cocinar fuera, hemos de calentar la cena con el infiernillo en el suelo que corresponde al asiento del copiloto y haciendo malabarismos para no tirarlo todo, el espacio es minúsculo. Durante las noches hemos de permanecer constantemente los dos dentro del coche con los anorak puestos, la temperatura es fría pero mucho menos que en el exterior y estamos a resguardo del desalmando viento que intenta doblegarnos. Cuando levantamos la tienda, incluso con guantes, las manos acaban heladas. Ya no cuento lo que supone fregar los escasos cacharros de cocina que usamos, para no manchar comemos los dos en el mismo perolo que hemos usado para cocinar. Lo único bueno de esta situación es que ... los sacos aguantan, nada que ver con los antiguos (aunque en mi caso he de reforzar los pies con el plumífero de Marián cerrado y envolviendo la parte baja del saco). Pero no nos rendimos. El Montero arranca imperturbable todas las mañanas y ... ¡Casi estamos en Alaska!

"Cuando el grajo vuela bajo hace un frío del carajo pero cuándo son los gorriones ... " ¡Aquí ya no vuelan ni los gorriones! ¡Menuda diferencia con la primera foto de esta crónica! Durante el día la cosa mejora un poco pero no es para tirar cohetes. Estar fuera es aguantable pero muchos tramos están cubiertos de nieve y el hielo nos preocupa porque casi siempre estamos bajo cero. En estas latitudes no hay otoño, tan sólo dos estaciones: una primavera de tres meses y el resto del año es una tercera glaciación repetitiva (no nos extraña que en el norte de Alaska los osos lleguen a hibernar 7 meses). En la foto, las estalactitas y carámbanos de hielo NO se formaron estando detenidos sino circulando a 80 kilómetros por hora. Lo que más escalofríos nos causa es cuando nos detenemos para estirar las piernas o visitar algo a pie y vemos cómo nuestro Montero se va convirtiendo en hielo, las propias puertas se pegan a los marcos en nada. El cartel de "Alaska or Bust" ... "reventó" en una de las ventiscas, salió volando sin darnos cuenta y desapareció ... nosotros todavía no y ... Alaska está cada vez más cerca. ALASKA OR BUST!!

Resto de crónicas de la ruta

Acerca de los expedicionarios

about

Te presentamos a tus compañeros de viaje

Vicente Plédel y Marián Ocaña son dos aventureros ceutíes con una prestigiosa trayectoria de rutas de exploración a través del mundo y entre los dos cubren todos los aspectos que requiere una expedición.