Durante la primavera del año 2.003 finalizó nuestra última gran expedición, con la “Ruta de los Imperios” realizamos una gran ruta terrestre alrededor del mundo, casi 4 años por los cinco continentes. Durante estos últimos cinco años hemos seguido recorriendo lugares tan recónditos y asombrosos como Afganistán, Nueva Zelanda, las Islas Galápagos, Islandia, Isla de Pascua, los Canales Patagónicos chilenos hasta el Campo de Hielo Sur e incluso nos hemos embarcado en una emocionante navegación hasta el continente helado, la Antártida.

Con la “Ruta Confines de África” reanudamos las grandes expediciones de varios meses de duración. Los preparativos requirieron un año pero finalmente estamos listos para una exploración de cinco meses por diez países del cono sur de África.

Nuestro todo terreno, perfectamente equipado para esta larga aventura y poder enfrentarse a todo tipo de terrenos, fue embarcado en Valencia rumbo a Ciudad del Cabo. Bajar por tierra hasta Ciudad del Cabo era tentador pero como en otras expediciones anteriores ya habíamos explorado el norte, el este y el oeste de África, hemos preferido concentrar nuestros esfuerzos y tiempo en esta zona del fascinante continente africano. Está en nuestras mentes y en nuestros planos, recorrer parajes tan espectaculares como la Costa de los Esqueletos en Namibia, el delta del Okavango y el desierto de Kalahari en Bostwana, las Cataratas Victoria entre Zambia y Zimbabwe, la costa de Mozambique, el Parque Nacional de Kruger en Sudáfrica, el majestuosos lago Malawi y las zonas montañosas de Lesotho y Swazilandia, entre otros muchos hermosos y sugestivos lugares del sur del continente africano.

Los últimos dos meses han sido muy intensos para ultimar los detalles finales: documentación, vacunas, equipos de acampadas, equipamiento y embarque del 4x4 y un sin fin de detalles necesarios para una expedición de estas características y que llevaremos a cabo en solitario.

Tras un largo vuelo de más de 10 horas entre Madrid y Johannesburgo, nos embarcamos de nuevo para aterrizar en Ciudad del Cabo. Cuando el avión comienza a sobrevolar la “Ciudad Madre”, bautizada así por ser la primera ciudad que se creó en Sudáfrica, ya se divisa a lo lejos la impresionante atalaya de la Table Mountain, una enorme meseta erosionada por la fuerza del viento y los contrastes adversos de las temperaturas, símbolo inequívoco de esta bella ciudad sudafricana. Aunque ahora se encuentra a 1.087 metros de altitud en otros tiempos estuvo sumergida en el mar. Ese mar que ahora aloja los restos de aquellos navíos que fracasaron en su empeño de circunvalar el cabo de la Esperanza y acabaron derrotados por las devastadoras corrientes. No menos amenazadoras que la fauna marina que aloja, entre otros impresionantes residentes, al tiburón blanco que comparte habitat con orcas, ballenas, focas y pingüinos.